miércoles, 17 de octubre de 2007

De Leyes y Musica en danza

Luego de que, en el último año, se derogara el decreto reglamentario de la añeja ley del músico (a pedido de un numeroso grupo de instrumentistas, cantantes, autores y compositores), quienes demandaron que la normativa quedara sin efecto se reunieron en equipos de trabajo para avanzar en la creación de una ley de la música más integral. Dentro de los marcos formales o legales, a esto hay que agregar que durante el último mes aparecieron otros artistas para reclamar una sala propia para el tango, en la ciudad autónoma de Buenos Aires, y, por otro lado, un legislador porteño que presentó un proyecto que impulsa la creación de un ProTango para estimular la actividad. Veamos qué sucedió con cada uno. Convocados Después de que se derogara el decreto que reglamentaba la ley del músico (sancionada en 1958), el presidente de la Nación les pidió a los artistas autoconvocados que colaboraran en la elaboración de una ley. Estos artistas, agrupados como Músicos Convocados (toda su actividad está resumida en la página www.musicosconvocados.com ), prefirieron armar grupos de trabajo para confeccionar una ley nacional de la música (la diferencia con la otra es que ésta no sólo contempla cuestiones laborales y gremiales). Crearon un anteproyecto que le presentaron al legislador Jorge Coscia (presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados de la Nación), muy interesado en el tema. Claro que en un año tan electoral difícilmente se pueda pensar en avanzar mucho. De todos modos, los músicos siguen trabajando no sólo en Buenos Aires. También existen agrupaciones en Córdoba, Mendoza, Tierra del Fuego y Neuquén, entre otras provincias. El último mes se hizo una importante reunión en Córdoba, el fin de semana pasado otra en Mendoza y en la segunda quincena de noviembre (la fecha probable es el lunes 26, aunque todavía no fue definida) está prevista en la Plaza de Mayo una jornada informativa que incluirá recitales y charlas para dar a conocer los avances en el tema. El anteproyecto de la ley contempla algunos aspectos fundamentales. El primero es la creación de un Instituto Nacional de la Música, con algunas características similares a la de los institutos de cine y teatro y otras que son consecuencia de las particularidades de la actividad musical. Entre las disposiciones, el anteproyecto establece un "vale de producción" que sirva para apoyar el trabajo de los músicos de una manera más directa y puntual que los habituales subsidios a la actividad artística. Diego Boris, que además de ser representante de la Unión de Músicos Independientes (UMI) es uno de los más comprometidos con la confección de esta ley, explica los métodos de financiación del Instituto y de los fondos. Uno de ellos sería un porcentaje gravado a los espectáculos musicales extranjeros; otro podría ser un impuesto a la copia privada, es decir, a los cassettes y CD vírgenes. De concretarse, el último gravamen también beneficiaría a Sadaic y a AADI (asociaciones que representan a autores, compositores e intérpretes de nuestro país). En una segunda instancia se trabajaría sobre las cuestiones laborales referidas en la ley. "Porque primero hay que mejorar las condiciones en las que se hace música en nuestro país", explicó Boris. Los sin techo del tango Hay tangueros que también hablan de condiciones. Pero en este caso son edilicias. A principios del último mes se reunieron bailarines, músicos y legisladores como la diputada porteña Inés Urdapilleta, en la Casa del Tango, para darle forma a un pedido al gobierno de la ciudad para que el tango cuente con una sala propia (especialmente para la Orquesta de la Ciudad de Buenos Aires y el ballet recientemente creado). El pedido se tradujo en un proyecto de declaración que fue muy bien recibido por la Legislatura y el Ejecutivo porteño. Pero... porque siempre hay un pero: "Ahora sólo falta la decisión política", resume el bailarín Jorge Manganelli, uno de los que participan activamente en la iniciativa. "Porque hasta ahora la cantidad de adhesiones es importantísima." De la consulta en los despachos de Urdapilleta se llega a la misma conclusión. Hay dos realidades: por un lado, el interés y las adhesiones; por otro, los tiempos políticos y administrativos, que incluyen un próximo cambio de gestión de gobierno y la falta de certezas (hasta el momento) de cómo estará integrada el área de cultura. No es el único tema para resolver o desarrollar. No hay que olvidar que por el lado tanguero, en 2006, la Legislatura sancionó la ley de creación del Ballet del Tango, todavía no reglamentada, y la sanción de la ley que reglamenta la figura de Salón Milonga en el Código de Planeamiento Urbano. Además, el último mes, por iniciativa del legislador (y conocido actor) Héctor Bidonde, se presentó el proyecto de ley ProTango, que tiende a estimular la creación y difusión del género y a crear fuentes de trabajo para los intérpretes. Para todos los casos vale una misma reflexión: los "tiempos parlamentarios" pocas veces responden a la ansiedad y la expectativa. Sin embargo, en el último tiempo se nota que la ley es tenida en cuenta como herramienta posible para muchos músicos (y para mucha gente relacionada con la actividad musical) de nuestro país. Mauro Apicella

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